Nace en Guadalajara, Jalisco, en 1904 y muere en 1980.
Realiza sus estudios en
Leyes en su ciudad natal y después, en la ciudad de México, estudia su
maestría en Filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Realiza una labor destacada como maestro en un gran número de escuelas y
universidades, además de una carrera en la administración pública donde
ocupó importantes cargos, entre ellos fue jefe del departamento de
Bibliotecas y Archivos de la Secretaría de Hacienda y gobernador de
Jalisco en 1953.
Al terminar su gestión, lo nombran consejero de
la Presidencia de la República (1959); en 1960 es designado embajador en
Argentina y en 1964 lo nombran secretario de Educación Pública. También
fue presidente de la Academia Mexicana de la Lengua del Colegio
Nacional.
Como escritor contemporáneo, Agustín Yáñez es
calificado como uno de los grandes e innovadores escritores de América
Latina. En su obra Al filo del agua, aparece una renovación del género
narrativo, ésta novelas forma parte de la llamada "trilogía
provinciana", junto con La tierra pródiga y Las tierras
flacas.
En la primera ofrece la imagen de un pueblo
aislado, austero, rutinario y de espaldas al progreso de los años
inmediatamente anteriores a la Revolución Mexicana. En la Tierra pródiga
ubica la acción en tierra caliente y es de un tono épico donde la
naturaleza y el hombre se alternan: la brutalidad y la astucia, la
conquista y el cacicazgo.
En la tierras flacas, en contraste con las
pródigas, la vida del hombre está sujeta a un suelo áspero e inclemente.
Su literatura describe, unas veces con realismo y otras con fantasía,
los secretos de los pueblos y las ciudades.
Yáñez es un gran cronista, en su obra Ojerosa y
pintada narra la vida nocturna de la ciudad, sus clases sociales, sus
temores, va de la maravilla de la vida a la pena de la muerte en el
ambiente de "una dejada de taxi".
Otras de sus obras son: Flor de juegos antiguos,
Gota serena, Archipiélago de mujeres, El contenido social de la
literatura iberoamericana, Los sentidos del aire (1964) y Las vueltas
del tiempo (1975). En 1973 recibió el Premio Nacional de Letras.